REALIDAD Y LENGUAJE, REFLEXIÓN EN LA LITERATURA

REALIDAD Y LENGUAJE, REFLEXIÓN EN LA LITERATURA

“La vida no es nada más que un trayecto

 en el que nos encaminamos sin rumbo ni destino

a la espera de un camino que nos guíe a la muerte más tardía.”

Anónima

El tiempo es el encargado de llevarnos, conscientes o no, a destino.  El tiempo, al cual nos pasamos reprochándole, la mayor parte de la parte que nos pertenece de él mismo, nuestros fracasos y ansias, es el único que atiende a la llamada de nuestra función (quizás ser testigo) de lo terrible y a su vez, lo extraordinario que es, simplemente, SER. Y SER implica más que existir, más que estar y ser feliz también implica padecer y elegir, elegir el camino, y esto resulta inquietante, pues  quizás  muchas veces perdemos la noción del sentido y vagamos queriendo pensar que no tenemos rumbo. No es verdad, pues desde que nacemos aderezamos velas y timón…  rumbo al final.

Del rumbo habla Eugenio Cambaceres, político y escritor argentino nacido en Buenos Aires en el año 1843, y fallecido en París en 1888. De su faceta de escritor podemos destacar que introdujo en Argentina el naturalismo con su novela Sin rumbo, influenciada por Émile Zola, quees probablemente la más significativa, ya que ha sido considerada una de las mejores obras  naturalistas-realistas de su producción literaria.

Personalmente creo que  también es una novela muy sugerente a la vez que provocadora por la originalidad de la forma y del contenido, dentro del cual se tratan tanto asuntos sociales como culturales y políticas.

manosrosaIntentaré mostrar cómo se tratan dentro de la novela estos problemas.  En cuanto a las cuestiones sociales, se refleja el hecho de que hay una clara distinción entre las clases que constituyen la sociedad: en el campo tenemos al patrón y a los gauchos y  en la ciudad tenemos a los ricos y al pueblo llano. ¿Qué no puede suceder entre la clase alta y la clase baja? Mezclar la sangre. Andrés transgrede esta norma social y se acuesta sin ningún tipo de tapujo, llevado por el deseo, con la hija de un hombre que está a su servicio, y de quien para más inri esperará un hijo. Al cometer tal acto, Cambaceres quizás está intentando describirnos el tipo de persona que es Andrés, capaz de cometer tal barbaridad (desde el punto de vista de aquel entonces): Acostarse un oligarca con la de la hija de un gaucho. SENTENCIA del acto: es un corrupto y desleal a su sangre y a su clase. CONSECUENCIAS: la desgracia. Esta corrupción nos puede llevar a pensar en la política del momento: si los que están arriba de la escala social hacen lo que les apetece sin que el pueblo pueda hacer nada, puede que en la política se esté dando el mismo caso. También se descubre otra vertiente de la política en cuanto se describe la ciudad, pues las descripciones detalladas de la ciudad y los edificios que la componen, como es el caso del teatro Colón (en cuanto a su estructura arquitectónica),  nos da a entender que Buenos Aires es una ciudad importante socio-económicamente, así, el crecimiento de la población y de la importancia de la ciudad se deben a la política de presidente Argentino Roca unos años antes a los que se sitúa esta novela con el conocido Plan Sarmiento, gracias al cual creció el número de habitantes en la ciudad. La tercera cuestión que tiene que ver con lo cultural en Argentina lo podemos entrelazar con el tema de que hubiera un teatro construido “a lo grande” (del cual hablaremos más tarde) para dar a conocer el poderío de la ciudad, a donde se importan obras europeas y se intercambian modelos culturales. Entre lo cultural y lo social se encuentran algunos comportamientos de la clase social alta, como antes he dicho: no mezclar la sangre de “la alta nobleza” con el pueblo llano es una tradición que viene de Europa y que se implanta en América Latina, en este caso “la alta nobleza” estaría representada por aquella gente que tiene dinero y será conocida entre el pueblo como patrones.

Vemos que Sin Rumbo se establece dentro de una cosmovisión dualista: su estructuración externa está dividida en dos partes, se habla de dos espacios, se maneja entre dos mujeres, también vemos que hay una fuerte distancia entre las clases sociales, pues sin irnos más lejos en los capítulos IX y X, sobre los cuales vamos a trabajar, vemos que tenemos al patrón que sin duda es el que manda y a los gauchos que son los subordinados… Estos dos mundos están totalmente diferenciados por elementos como: el lenguaje, el estilo y la forma. Si del campo tenemos gauchos y la lengua de la tierra (descripción del paisaje de la Pampa en la primera parte de la primera parte), en la ciudad vemos un refinamiento meramente superficial y una gran huella europea en el ámbito cultural, se habla del gran teatro Colón (aunque se nos da una imagen negativa y quizás de burla a Europa por ser el foco de la cultura y porque llegan a Argentina ladrones y ambiciosos que solo se mueven por el dinero y poder) donde se estrenan obras italianas que las venden como obras de éxito, y también hay clubs que son el punto de reunión para intercambiar visiones y perspectivas culturales y literarias, aunque vemos con el personaje de Andrés que esto no es totalmente cierto.

Aunque el estudio que voy a realizar se centra en cómo el lenguaje que emplea Eugenio Cambaceres en Sin Rumbo se relaciona con la realidad argentina, me he detenido en los temas subyacentes que se tratan en la obra porque tienen mucho que ver con el lenguaje empleado, pues según quién hable y a quién se dirija, en qué situación social se encuentre o dependiendo de la cultura de donde  provenga el personaje, el autor adaptará el lenguaje de acuerdo al contexto extra e intralingüístico. Un ejemplo de esto lo podemos encontrar en los  capítulos XXVII y XIV en donde vamos a ver un ejemplo de lo que acabo de explicar.

Andrés a un criado: Aten de una vez y péguenle sin lástima… Aunque revienten los mancarrones y quede el tendal por el camino, quiero llegar hoy a la estancia- se limitó a agregar entonces secamente, volviendo a dar orden al sirviente que cargara su valija (Capítulo XXVII)

 Andrés a Solari (un empresario teatral): ¿cómo está mi querido maestro- preguntóle Andrés con acento cariñoso, abriéndola rejilla de su palco (Capítulo XIV)

Solari a Andrés: Es de cartello, sabe… yo le garanto… los primero artistas… el cuartetto de la “Scala”, no hay qué decir… (Capítulo XIV)

Cuando Andrés le habla a un criado, su léxico es contundente y podemos intuir que el tono es arrogante: “quiero llegar hoy a la estancia”se impone una orden dirigida a un considerado “inferior”. En cambio cuando se dirige al empresario Solari las palabras se vuelven dulces y amables: “mi querido maestro”. En el caso en el que este personajese dirige a Andrés, vemos como Cambaceres ha optado por coger palabras italianas y adaptarlas en su medida a Solari, quién no habla del todo bien el español: cartello, garanto, cuartetto…

Una vez apuntado el estilo con que el autor ha decidido usar el lenguaje, abordaré sin más rodeos la cuestión del lenguaje como elemento característico de una realidad: un personaje pertenece a una parte de la realidad y por lo tanto utilizará el lenguaje pertinente según su condición, también las descripciones de los ambientes se adecuarán a su contexto extralingüistico. Un ejemplo del lenguaje propio del campo lo encontramos en los capítulos IX y X, ubicados al principio de la primera parte y a partir de los cuales  me voy a basar para emprender este pequeño estudio sobre la realidad y lenguaje y además la manera en que el autor  relaciona estos conceptos. En dichos capítulos se relata como Andrés se acuesta con Donata, la hija de un gaucho que está a su servicio. Al comienzo del capítulo IX se nos describe el carácter de Andrés ya que  se refiere a la relación que va a tener como un antojo. Para satisfacer su necesidad sexual (la cual va a estar presente durante toda la novela) tiene que alejar al padre de su hija para consumar su deseo y convertirlo en placer. En este momento, sucede la siguiente escena:

Andrés: He comprado afuera una punta de vacas, previa vista, y quiero que vd. Me las revise antes de cerrar el trato. Ño Regino: Galopiaré patrón. Andrés: ¿Cuándo se va? Ño Regino: Esta tarde mesmo puedo ensillar, si le parece. Le pegaré con la fresca.

Y Ño Regino, desaparece de la escena dejando el camino libre a Andrés para que ultraje su honor familiar, sin él saberlo. ¿Por qué Cambaceres utiliza este tipo de léxico? Punta de vacas, galopiaré, patrón, mesmo, ensillar etc. ¿Qué intenta hacer o a dónde quiere llegar con este tipo de lenguaje? Bueno, para explicar esto recurriré a las distintas relaciones que hay entre lenguaje y realidad  que han sido motivo de reflexión tanto en el ámbito literario-lingüístico como también en el filosófico. Recordemos  las múltiples teorías que han sido tratadas por diversas disciplinas, entre estas la Filosofía del lenguaje. Podríamos decir que  hay tres maneras destacadas de relacionar la realidad con el lenguaje: la primera de ellas se basa en una relación entre ambos conceptos en la cual la elaboración del lenguaje y su contenido semántico superan la realidad; dentro de este campo nos encontraríamos novelas de ciencia-ficción, de historia-ficción, las novelas de caballería, los libros de temática mágica… En el segundo lugar tendríamos una relación en la que el lenguaje serviría como espejo de la realidad, es decir, hay una subordinación de la literatura creada por el lenguaje a la realidad. En esta segunda categoría se encontrarían las llamadas novelas naturalistas-realistas, entendidas como aquellas que permiten a través del lenguaje empleado retratar la realidad de una manera fidedigna y real. Funcionarían (por poner un ejemplo aunque un tanto banal) como una cámara fotográfica, la realidad se representa “tal cual es”. De este modo, podríamos clasificar Sin Rumbo como una novela propiamente naturalista-realista, pues como he adelantado anteriormente las escenas que se narran ya sean del campo o de la ciudad intentan plasmar la realidad circundante. Cambaceres intenta hacer más creíble la ficción, además de hacer descripciones costumbristas de los dos espacios mencionados, introduciendo elementos reales del mundo del que se está hablando o describiendo en la obra literaria, idea que años más tarde Roland Barthes definiría como Efecto de Realidad. De esta manera podemos darle una respuesta a las preguntas que nos habíamos planteado; el autor de Sin Rumbo entiende que el lenguaje propio de cada espacio puede servir como de espejo de la cotidianeidad real,  y fusionándolos cree llegar a crear una visión amplia sobre la Argentina de los años 80-90, da a entender que Argentina era así. Pero, ¿hasta qué punto el lenguaje es fidedigno a la realidad? ¿Se puede plasmar la realidad a través del lenguaje? Cambaceres sin ningún tipo de duda nos respondería que sí, de hecho, relata las escenas de acuerdo con su parecido con la realidad de dichos espacios en el tiempo correspondiente. No obstante, si nos paramos a reflexionar sobre esta cuestión podríamos llegar a la conclusión de que por mucho que se intente plasmar la realidad a través del arte, no se puede porque esta es la que es, es decir, la realidad es objetiva. Kant trató este problema y llegó a la conclusión de que nunca nadie llegaría a conocer la objetividad de la realidad porque para eso tendría uno que salir de uno mismo y conocerla, como es imposible, la realidad, por tanto, pasa por el filtro de la subjetividad de cada uno llegando a distintas perspectivas sobre un mismo hecho. Siguiendo en esta línea, podríamos contestarle a Cambaceres que la Argentina que plasma en su Sin Rumbo no es la Argentina de los años 80-90, ya que el lenguaje se subordina a un “yo” totalmente subjetivo y la realidad se ve modificada. Tradicionalmente, como estamos viendo en esta obra,  se ha entendido el lenguaje como un instrumento de comunicación perfecto, algo que une a la humanidad, así los argentinos de esta época verían su vida y su ciudad reflejadas en el espejo de las letras, o esto era lo que pensaba su autor. Los gauchos, su lenguaje, el paisaje de campo, la estancia, la ciudad, el teatro, su gente, su modo de pensar… ¿Estaban en Argentina? Sí, pero ¿Era la realidad? No. Entonces, el lenguaje no sería tan solo un simple instrumento de comunicación, sino que aunque este permite a un emisor relacionarse con un receptor teniendo como referencia el mundo sensorial, muchas veces ese puente se ve entorpecido por un ruido que hace que el mensaje no  llegue en toda su pureza desde que sale del emisor hasta que llega al receptor. ¿Qué pasa con Sin Rumbo? ¿Qué hace que el lenguaje no llegue a plasmar a Argentina a pesar de los esfuerzos de su autor? La propia subjetividad de Cambaceres actúa de velo que enturbia la relación directa con el mundo. Una vez explicado esto, llego a la conclusión de que pese a que no se percibe claramente, sí que se atisba que hay una barrera que separa el contacto directo de las relaciones humanas con aquello que percibimos como objetivo, pues lo que escribía Cambaceres no era la realidad argentina, era su realidad y puede ser entendida de muchas maneras dependiendo de quién leyera Sin Rumbo, pues, como dijo Méndez Rubio en Poesía sin Mundo:

La realidad no es aquí sólo ni fundamentalmente una especie de a priori que el lenguaje debe aspirar a fotografiar sino, más bien, un mundo percibido y construido, inseparable de los efectos de sentido que el lenguaje proyecta. Su lugar es a la vez un no-lugar, su rumbo una deriva, una experiencia material de libertad y descontrol.

De esta crítica nace la tercera relación que existe entre el lenguaje y la realidad, surgida de la reflexión y frustración de las dos anteriores por no llegar a convencer, esta es que el lenguaje en literatura (además de ser un producto) crea la realidad, es un elemento esencial constitutivo de esta.

Continuando por el camino de Rubio, me atrevo a contradecir al autor de Sin rumbo teóricamente en el uso que hace del lenguaje en su obra, basándome en teorías  contemporáneas defendidas por críticos que se encargan  de demostrar que la idea de que el lenguaje refleja lo objetivo, lo que es, se desmorona. Mi contradicción a la perspectiva de la función lingüística que usa el autor en la novela: “Cambaceres, su obra es sugerente y atractiva, esconde problemas socio-políticos, económicos y culturales bajo el hilo argumental de una historia psicológica, trágica y chocante que engancha al lector,  y puede despertarles del sueño de la inconsciencia de los problemas, pero eso está pasado por el filtro de tu visión, y nos ha contado su perspectiva sobre la situación de la Argentina del XIX, así que eso no me vale como justificación de la relación que hace usted entre lenguaje y realidad las descripciones realistas-naturalistas y el léxico propio en la plasmación de las dos argentinas, no obstante, desde mi humilde opinión de lectora le tengo que decir que su libro es fuerte, a mí me ha gustado ”.

Así, apostando por un final arriesgado renuncio a la calidad literaria y ruego la atención al mensaje ¿Qué es la realidad sin lenguaje?

Rosa Romero-Nieva

http://rosaureta.blogspot.es/

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