CONTROL EMOCIONAL PRÁCTICO
CONTROL EMOCIONAL PRÁCTICO
Quisiera yo ―que ya es querer― que queriendo escribir sobre lo que quieren la inmensa mayoría de los ejemplares humanos que saben leer y pretenden adquirir conocimientos varios sobre aquellas fastuosas aventuras y desventuras de personajes que alguna vez han tenido conocimientos de la emoción y el querer y que, cómo no, de los que como ellos tuvieron a su alcance unos términos que hoy en día, ―que por suerte y desgracia han caído en el olvido―, vienen año tras año celebrando ese venturoso momento en el que uno ―que con el devenir de los tiempos que nos son venidos sin pedirlo― albergan en su corazón la esperanza de que vuelvan a resonar en los oídos de los que habitan el terreno común que se nos concedió cuando los dados de aquel destino implacable rodaron por encima del tapete verde de una mesa de juego que ―después de épocas lustrosas transcurridas sin pena ni gloria― vengan a poner en solfa lo que ha tiempo el personal viene pidiendo con contenida y controlada emoción sin par.
Y no porque los oros ―muy abundante en estos terrenos antaño― doraran y adornaran los catafalcos que a lo largo de la faz de las comarcas y regiones en las que habitamos desde lejanos tiempos se han venido cimentando para solaz de personas que, en ocasiones varias, he llegado a pensar que de merecer tamaño regalo andan faltos.
No quisiera alargarme mucho más porque creo y estoy completamente seguro de que seréis multitud los que habiendo leído los párrafos que anteceden no veáis claro el mensaje que me veo obligado ―siendo el día que nos ocupa las veinticuatro horas― y ya sin más, a manifestar para regocijo del mundo todo, palabras de consuelo para la práctica del control emocional.
Que quede claro y reconocido por el lector que no se intenta ―al declarar tan claramente el cómo y el qué― conseguir y adoctrinar a cualquier tipo de catecúmeno ni prosélito de una nueva forma de entender lo entendible. Simplemente se ha intentado ―así sea entendido por todos― aportar por el autor una descripción del ser y la nada tal y como antaño hizo quien podía y quería.
Salvador Alberola és un lliurepensador que estima el seu poble.Des
de la llunyania difon el seu pensar i la seua concepció del món.És conscient de la realitat que l’envolta i amb el seu criteri i estil opina i desenvolupa el seu pensament. La poesia,l’assaig i «les coses del seu poble» es veuen reflectides en aquestes pàgines.
Amén
Menos mal que usted me ha entendido como «cal».
En este país de María Santísima hacen falta personas que nos entiendan a los que hablamos claro y alto.
Aquí pocos hablan claro.Gastan lengua y saliva…aunque el elefante no pudo con la hormiga.Los lenguaraces de siempre fablan y fablan per por más que lo hagan no logran conseguir lo que pretenden con palabras.>Son tiempos de hechos.Las palabras, sobran.Que ansí sea!
Amén
Eixe és el problema, que diem AMÉN a tot.Diguen el que diguen i facen el que facen.Eixa és la gran tragèdia.
«I així com lo navegant desitja arribar al port, lo viatger sospira per arribar al terme de son viatge. Nosaltres, navegants i viatgers, no hem de perdre mitg ningú per arribaral terme del nostre purs y sense màcula a la Santa Gloria que a tots vos desitge en el nom del Pare, del Fill i de l’Esperit Sant AMEN.
MIRACLE de l’altar de la plaça del Pilar allà per l’any de1950
A que hara está més clar?